
Jorge Sánchez Aguilar aborda esta obra desde la cosmovisión mítico-religiosa propia del hombre-guaraní que se deja estar en la tierra. En ella vive y se desenvuelve. Y a ella regresa siempre como a su casa connatural. El “estar en el mundo” de este pueblo puede decirse que es “un estar sin estar” nunca del todo. Vive siguiendo la corriente de los grandes ríos. Es la perseverante aventura que se plasma en estos poemas de lenguaje exquisito en imágenes de mito. Este es un libro de fundaciones de una América que aún está por descubrir.